—Saquen las espadas ¡En guardia! Tú, recoge las cosas. —Sí, señor. —Ahora tú, guárdalas ahí. ¡Perfectamente bien cerrado! —Señor, señor … Falto un zapato. —Busquen el zapato. —Aquí lo tengo —A ver… Este me lo quedo yo —¿Y que no, eso que usted sostiene en su puño, le recordara prontamente lo demás? —Limpie bien entonces, que no quede un recuerdo libre, que no se diga noticia alguna. Use un poco de… Almidón. Tú al ventrículo derecho, muévanse dos mas al izquierdo. —A la orden comandante. —En guardia ¡Ya!
Pero que difícil es escribir enamorado tendría yo que usar quizás mis pies, …pero es que si evocan lo bello comienzan a brincar, corren hacia ti
Intento con mis manos, pero no, porque se ocupan en imitar el movimiento de cuando recorren tu espalda y suben por tu cuello perdiéndose en tu cabello
Se ocupan, se ocupan en recordar el rose de tus mejillas recuerdan entonces, el cosquilleo de tus pestañas titilantes que abren y cierran para dejarme coquetear con tu enorme pupila
¿Como escribir de amor? Si lo único que deseo es ocuparme de ti
Ahora dejaré escapar la poesía en letras, la susurraré a tu oído, la pondré sobre tu cuerpo la pondré en tus ojos aunque las hojas blancas mueran celosas.
Es mas, ahora mismo, dejo de escribir y voy a darte un beso.
—La quiero mucho, La amo muchisisisimo. —No tienes idea de que bonito se siente escuchar esas palabras. —Que no se lo demuestro con acciones ¿Por qué le sorprende entonces esa palabra? —Claro que me lo dices, por ejemplo cuando me haces así. Yo sabia :D
Entran a la escena seres vestidos de armaduras, con pisadas en fuertes marchas. Tomando la delantera: —Saquen las espadas —dijo el comandante—. ¡En guardia! Tú, recoge las cosas. —Sí, señor. —Atendió el guardia, mientras los demás miraban la escena y en estado de alerta esperaban cualquier acción. —Ahora tú, guárdalas ahí. —Dijo el comandante, señalando distante el recipiente, aunque intentaba mostrar indiferencia, era notable lo que causaba en él— ¡Perfectamente bien cerrado! Tomaban con cautela cada una de las piezas, la acomodaban una tras otra. Daba el asunto para ordenar, que tal por color, por olores, por… por… dificultad para los presentes, eso que jugaba, y amenazaba, no podía ser entonces nombrado, por lo que decidieron solo colocarlos, sin distinción, sin orden, sin mirarlo, sin sentirlo, porque de ser así… —Señor, señor —se acerco el guardia, temeroso (lo delataba su sudoración), aunque con firmeza, para disimilar la angustia— Falto un zapato. Asustado y con un aire de melancolía (lo decían su ojos abiertos y cerrados a la vez, humedecidos con el alcance de un brillo) indico el comandante —Busquen el zapato. —Aquí lo tengo —índico un guardia al acercarse. —A ver —dijo el comandante, estirando la mano. Los presentes, dejaron su alerta y volcaron la mirada a su mano, que de inmediato la atención fue robada por su rostro, volteo a su alrededor, fijo su mirada al horizonte y tarareo una canción… —Este me lo quedo yo —cerro el puño de su mano, ligeramente lo alzo para acercarlo, muy de cerca.
En el segundo necesario entro el subcomandante que quiere ser comandante, que con deleite del momento y aires de honestidad, interrumpió la orden del comandante que quizás pueda ser subcomandante y agrego: —¿Y que no, eso que usted sostiene en su puño, le recordara prontamente lo demás? —Lo miraba con sonrisa que escapaba por algún consuelo conocido, conocido solo por él, que jamás lo entendería el comandante, aunque era lo bastante visible para tranquilizarlo y entregarle nuevamente su cordura y sensatez. Virtudes que sin el subcomandante, no podría tener. Aspiro aire, cerró los ojos con liviana fuerza, al tiempo que dio el último apretón con su puño, casi sin mirar, estiro su brazo y soltó mansamente lo que ahí tenia. Con el mismo cuidado, cautela y hasta cariño, los guardias lo tomaron y colocaron tan suave, que ni ruido hizo al tomar su lugar entre lo demás. —Limpie bien entonces, que no quede un recuerdo libre, que no se diga noticia alguna. Use un poco de… Almidón. Tú al ventrículo derecho, muévanse dos mas al izquierdo. —A la orden comandante. —En guardia ¡Ya!
Un tono triste esta aquí presente, invade mi pecho, se siente como se expande y duele mucho, TE QUIERO es lo que pide decir, mi garganta se tapa, siendo un nudo que imposibilita. La carita se mira triste, alrededor de los ojo se siente un ardor que esta también en mis brazos, TE QUIERO, debo decirte, no lo dije a tiempo, no es a ti a quien le pido disculpas, me las pido a mi, porque de saber este dolor que me causaría, te juro por mi bien que lo habría dicho. Me lo reclama mi cuerpo entero, mis tonos, mis palabras, mi mundo me lo reclama. Como quisiera que tú también me lo reclamaras, para entonces darte un, PERDONAME; TE QUIERO CONMIGO, Te necesito.
Esta canción me hizo recordarte, resulta que tu casa no conocí. Ni sé, si quiera, si de balcón gozabas; lo que si imagine durante las llamadas... era tu ventana abierta, con ambiente fresco (por ese aire que se encargaba de mover las cortinas, además de contonear esa tu manía de fumar). Hoy al ver la telenovela de las 9 y ver una cortina similar, alguien comento -es una escena clásica- con tono de burla y hastió. Que sorpresa notar, que mientras estas conquistado por alguien, se vuelven los clásicos en modernos, como bien diría la habitación.
El olvido tu historia y la mía ruido frío de máquina triste, quién dirá que realmente vos fuiste sueño mío en la penumbra de un farol, el rocío perfumado de rubor, pétalo de luz, hilo de mi voz beso irremediable de tu amor.
Yo te quise de tantas maneras yo te quise deveras tal vez sin saber que el tiempo es vendabal que arrastra todo más yo no a saber qué modo de quererte estaba bien
Tengo un producto de mi imaginación, pero bien hacen al decir que todo delirio tiene una base real. ¡Esta alucinación me hace alucinar! Una noche, un poco tranquila, hizo presencia un mensaje que decía: “no es que me emocione otro amanecer, es que es el primero que me vienes a ver”. No era entonces el amanecer, ni siquiera la primer vez, esa, esa vendría después. Quiero escribir algo especialmente para él, que refleje lo que ya por tanto años hemos vivido: cerca o lejos, juntos o separados, de buen o mal humor, reales o no. Lo aseguro: No te conozco, no por eso eres menos disfrutable, lo hemos platicado ya "mi desconocido favorito", el virtual mas real, el real mas virtual. Somos el invento de cada quien, ¿que importa si el otro es como creemos que es? No ha sido necesario aclarar si somos solo la proyección de la falta misma. ¿Cuál es nuestro lenguaje? ¡La canción! ¿Será por eso que ahora que intento escribirte solo me viene una canción? sería tal como yo te la habría escrito. Seguramente no es el ritmo que a ti te gustaría, es mas, supongo lo detestas. Pero bueno, te diré porque esta canción. Después de desvelarme con usted, tuve un momento de estado alpha, al tiempo escuche: "Te doy una canción" de Silvio Rodríguez: Entonces me dije esa canción debería decir “como gasto gigas en hablarte”, hablamos sin voz, en silencio escucho algún comentario tan acertado que de pronto haces. Como negarlo inocente pobre amigo! Vivimos el misterio del amor, además, es el punto de conversación en el que mejor ocupamos una canción y a brindar! será que en algún momento podamos verbalizar lo que nos pasa respecto al tema. Así, podemos durar la noche entera (es tarde, se hizo de día), y si te vas a dormir, que importa ¡YO TE DOY UNA CANCIÓN!, y de verdad que pocos entienden el desvelo por charlar, ni yo lo entiendo, pero bueno, sigamos cantando… Un tema sí es diferente, y aclaro seguiré con mis discursos sobre mi derecho a hablar. Esta, y quizás otra noche: Te doy una canción como un disparo como un libro una palabra una guerrilla... como doy el amor.
miércoles, 22 de abril de 2009
él, se encuentra en un cubículo escribiendo notas a maquina, escribiendo el libro que le regalara en su próximo encuentro, busca palabras que formen frases que no evidencien la necesidad de estar ahí. Racionalizar, es lo que le funciona. ¿Qué miedo? –Ash, la gente, siempre la gente. ¡Pues a enamorarse!, a que alguien tenga la oportunidad de mirarlo de cerca, tan directamente a los ojos, y así casi quieto ingrese por la pupila hasta el centro de su registro de vida, ahí donde quedan todos sus recuerdos grabados en una imagen que dice mas de mil palabras. Que cuando esté adentro se atreva a abrir los brazos, toque las paredes, las toque con sus dedos, que produzca cosquilleo, que se tome la libertad de dar una caricia con la palma de mano completa, y rodear, y peor aún, el atrevimiento de poner un poco de la sustancia ahí encontrada en su nariz, la huela, temor de observar como la disfruta, hasta el grado de probar un poco, que se convenza tanto del sabor que decida cerrar los brazos y abrazarlo. Se lee en sus notas: …Ese abrazo que te invita a viajes y te comparte, no lo que miras, no, eso no, lo que sientes, la vibración, el calor… ¿Habrá sentido en su viaje dentro de mi?, si es así ¿Me compartirá un poco de mi mismo? ¿Y si a mi no me gusta? ¿Y si a ella tampoco le gusta? O ¿si le gusta lo suficiente para llevárselo? Si se lleva mi vacío… ¿Qué queda entonces para mi? No, tú no entres, no me desnudes, no me robes lo seguro, que hasta ahora controlo tan bien: Mi vacío, mi amontonar de vivencias, de recuerdos, de sentimientos, de ti.
Se puede pasar el tiempo hablando parlanchinamente sobre un encuentro, en la necesidad de ese momento, soñando, fabricando historias al respecto. Algunos hasta reclaman por la imposibilidad de realizar esas fantasticas lineas que ya alguna vez escribieron: "te amo no te vayas", " te extraño tanto", "Es el alma que se desocupo desde tu partida", "esto es tuyo (y entregar el bonche de cartas escritas como evidencia de esa falta)"; "-Seguro que si, esta vez saldre a buscar a mi amor, nos miraremos, lo besare y me dejare derretir frente a la profundidad suave de sus ojos..."
Vaya! es mas facil contarlo... ¿que pasa de verdad? -Ahora lo tienes frente a ti-.
.....Cantare una cancion entonces. Despues de saber terminada la frase "Me arde, me esta quemando, estoy disimulando!" no existira mejor verbalizacion coloquial que con gesto de frustracion decir:
-- ¡Puta madre, otra vez!--
jueves, 9 de abril de 2009
Que bonita Luna!
Es jueves y yo estoy en casa.
—Dicen que los suicidios son ahora muy comunes, Usted ha pensado en suicidarse? —He pensado seriamente en enamorarme — ¿Con qué frecuencia tiene usted esta idea?— pregunto con alarde y angustia. —Es una idea bastante recurrente, hasta intrusiva —Debería usted ir con el psiquiatra de manera urgente! — ¿Para enamorarme? :D — ¡No! Para que la cure a usted, y evite el suicido por ideas tan recurrentes e intrusivas —Este no es un asunto de muerte, si no de vida
lunes, 30 de marzo de 2009
Ahora el recuerdo parece ser tu mejor arma y mi mayor vulnerabilidad.