—Saquen las espadas ¡En guardia! Tú, recoge las cosas.
—Sí, señor.
—Ahora tú, guárdalas ahí. ¡Perfectamente bien cerrado!
—Señor, señor … Falto un zapato.
—Busquen el zapato.
—Aquí lo tengo
—A ver… Este me lo quedo yo
—¿Y que no, eso que usted sostiene en su puño, le recordara prontamente lo demás?
—Limpie bien entonces, que no quede un recuerdo libre, que no se diga noticia alguna. Use un poco de… Almidón. Tú al ventrículo derecho, muévanse dos mas al izquierdo.
—A la orden comandante.
—En guardia ¡Ya!
martes, 16 de junio de 2009
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